miércoles, 23 de enero de 2013

Dudosa decisión

Sin saber cómo llego al portal del edificio. Salir de casa ya se ha convertido en un proceso tan rutinario y monótono que lo realizo sin siquiera percatarme, solo pienso. Cojo los auriculares, los conecto a mi móvil...un mensaje en el buzón de voz...no es el momento, pongo música y continúo caminando sin saber a dónde.
Pienso en Oscar y en todos los hombres que he eliminado de mi vida tras cederles el 50% de cama por una noche. Quizá ha legado el momento de encontrar a alguien con quien compartir algo más que una noche de borrachera y consecuente sexo.
Entre alarde y agonía me arrepiento de haber metido su número en la lavadora... ¿Qué probabilidad hay de que la tinta de un bolígrafo sobreviva al programa "lavado rápido"?
Llego al parque que está a cinco minutos de casa, me siento en el césped y me convenzo de la existencia de una posibilidad de supervivencia para la dichosa nota.
Recuerdo el mensaje en el buzón de voz, paro la música y escucho el contestador con los auriculares puestos...

Tiene un mensaje nuevo - vacilo imitando la voz.
- Hola Joaquín - se me para la respiración por un segundo al escuchar esa voz - soy Oscar, necesito hablar contigo, cuando puedas llámame.
No hay más mensajes - esta vez no digo nada, me he quedado mudo.

Mientras Oscar intentaba llamarme hoy, yo borraba su número de teléfono de una forma no menos peculiar. Me repito una y otra vez lo estúpido que fui, guardo esta vez el número de teléfono en mi agenda y vuelvo a casa corriendo con la intención de hablar tranquilamente con él.

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