jueves, 4 de abril de 2013

Pasado pisado

La lumbre de un cigarro me ayuda a recordar que sigo tumbado en mi cama mirando a la oscura nada con el fin de ordenar unas ideas que ni siquiera comprendo.
Siguiendo el tacto del odioso gotelé de la pared encuentro el interruptor y del segundo cajón de mi mesa de noche saco un viejo bloc de notas y un bolígrafo, busco la última página escrita y escribo su nombre. "La lista de los desastres", así la he apodado, una lista donde se recogen mis cuantiosos desastres, por lo menos los nombres que recuerdo. Añado un nuevo apartado titulado "Oscar" y rememoro el pasado entre hojas amarillentas y tinta envejecida...
Marcos, dicen que el primer amor nunca se olvida. Metro setenta, ojos verdes, nariz respingona, lo recuerdo como si fuera ayer aunque han pasado más de cinco años desde la última vez que supe de él. También me acuerdo de su amigo, el que le pasaba los apuntes de la facultad y, espero, alguna ETS.
Carlos, era un verdadero artista, plasmaba todo lo que veía con un carboncillo y un blog de dibujo, incluso a su amante desnudo en nuestra sala de estar.
Antonio, dominaba cualquier idioma que pudiera imaginar, a su lado mi dominio del inglés era una porquería. Pero lo que más le gustaba era el francés en los baños del metro...
Absorto en el recuerdo de todos ellos y sus historias me sorprende el amanecer; y es que son muchos los hombres que han ensuciado mis sábanas y muchos los que han perdido la ropa interior al entrar en mi cama, pero ninguno, por el momento, ha parado el tiempo a mi lado.
Será cuestión de seguir buscando, y por el camino probando.